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Muchos de los clientes que disfrutan en nuestros apartamentos rurales cerca de Cangas de Onís nos preguntan sobre esta bella zona que se encuentra a mitad de camino entre el Mar Cantábrico y los Picos de Europa. La diversidad de la zona hace que los planes que se pueden realizar sean muy amplios y abarcan desde recorridos en coche, decenas de rutas de senderismo o numerosos planes de turismo activo. Todo esto ha hecho que esta zona del oriente del Principado de Asturias sea de las más visitadas de toda España.
Esta ciudad, ya que Cangas de Onís está declarada como ciudad está enclavada en el valle que forman dos ríos, el Sella y el Güeña y es sin duda un lugar lleno de historia, de buenos lugares donde comer donde la gastronomía es uno de sus fuertes y de una naturaleza privilegiada con el Parque Nacional de los Picos de Europa y la Montaña de Covadonga como buques insignia. Aunque como hemos dicho, tiene el título ciudadano, no deja de ser un pueblo que entró en el selecto club «Pueblo Mágico» en 2021.
Esta combinación de atractivos en esta localidad a la que no le falta de nada, y por la que pasa el emblemático río Sella fue la primera capital del Reino de Asturias, lugar donde Don Pelayo instaló la corte. Comenzamos nuestro recorrido dividiendo entre qué ver en Cangas de Onís y en los alrededores de Cangas de Onís. Disfrútenlo.
Cangas de Onís es un pueblo en el que el visitante en tan sólo una mañana o una tarde lo puede visitar completamente. Para visitar el centro de Cangas de Onís, recomendamos dejar el coche en el parking que hay junto a la estación de autobuses, un lugar de gran capacidad y a tan sólo 3 minutos a pie de los principales monumentos cangueses.
El lugar más emblemático que ver en Cangas de Onís es sin duda alguna el Puente Romano, uno de los símbolos de Asturias. En su construcción destacan tres arcos asimétricos bajo los cuales fluye el agua del río Sella, y del arco central pende la Cruz de la Victoria presente en el escudo del Principado de Asturias.
Lo primero que tiene que saber el viajero es que de romano no tiene nada, sino que estamos ante una construcción que data de la Edad Media. En el año 1931 fue nombrado Monumento Histórico Artístico.
Es típico caminar por él, ya que es puede pasar por su empedrado de una orilla hasta la otra, y sacarse una foto posando encima de sus arcos.
A tan sólo 500 metros del Puente Romano, en una de las calles trasversales de la calle principal de Cangas de Onís, la Avenida Covadonga se encuentra la Ermita de la Santa Cruz.
Esta es una visita obligada cuando uno visita Cangas de Onís. Este pequeño templo cristiano fue construido en el año 737 D.C. sobre un dolmen funerario del 4.000 a.C, por el rey Favila hijo de Don Pelayo, como conmemoración de la Batalla de Covadonga y dejar aquí la cruz de roble que más tarde se conoció como la Cruz de la Victoria.
En el interior se encuentra el dolmen y una copia de la lápida de consagración, considerada el primer monumento literario de la Reconquista.
500 metros separan la Ermita de Santa Cruz de la Iglesia de la Asunción. Esta se encuentra en la Avenida de Covadonga, la calle principal de Cangas de Onís.
Esta llamativa iglesia que data de 1963, construida sobre un antiguo templo medieval, destaca por su exterior de piedra rojiza y un enorme campanario de más de 30 metros de altura, con espadaña de tres pisos.
Dentro del templo cabe destacar las vidrieras de de los franceses Maumejean y los grabados del pintor asturiano Casimiro Baragaña, pintor sierense fallecido en 2016.
Justo delante de la iglesia hay un pequeño jardín en el que vemos la estatua de Don Pelayo con la mano en la espada. Esta obra del bravo guerrero astur es obra del piloñés Félix Alonso.
Esta construcción llama la atención a todos los visitantes. Se trata de una casona de indianos que se encuentra al lado de la Ermita de Santa Cruz. Originalmente su propietario fue Constantino González uno de los muchos emigrantes asturianos en Cuba que terminó siendo dueño de una de las más importantes empresas tabaqueras cubanas. Su mujer María Soledad González falleció de forma prematura después de su boda, y en su memoria se levantó este chalet en 1922. El arquitecto fue Don Miguel Ángel García Lomas.
Esta preciosa construcción es sin duda alguna el mejor ejemplo de arquitectura indiana del concejo cangués y actualmente se utiliza como restaurante y para celebración de eventos.
Justo enfrente del Puente «romano» se encuentra la Casa Riera una casona de indianos principios del Siglo XX en cuyo interior está la oficina de turismo de Cangas de Onís. En su exterior encontramos además de unos jardines con un hórreo típico asturiano, la estatua al «Emigrante» como homenaje a todos los emigrante asturianos, obra del mexicano Ricardo Motilla.
Como mejor se conocen los sitios es callejeando, y esa es otra de las cosas que hacer en Cangas de Onís, pasear por sus bonitas calles es una agradable sorpresa, por ejemplo por la Calle Pelayo o la animada plaza del mercado o el Palacio Pintu.
El mercado dominical de Cangas de Onís es una de sus señas de identidad. Desde hace más de 200 años, cada domingo tiene lugar en las calles canguesas un mercado típico y tradicional lleno de todo tipo de productos, muchos de ellos elaborados de manera artesana como por ejemplo los quesos y los embutidos entre los que destaca el famoso queso gamonéu, uno de los mejores del mundo. Otros productos caseros como mantequillas, miel, huevos, cestos, aperos de labranza, pieles, ropa, flores y cerámica hacen del de Cangas, uno de los principales mercados asturianos.
Es tradicional, una vez visitado el mercado tomar el vermut y tapear en los bares, sidrerías y restaurantes cangueses todos ellos con terraza que dan vida al pueblo y donde el ambiente dominical es casi festivo. Como dice su slogan, «En Cangas de Onís todos los domingos está abierto».
Si Cangas de Onís merece una visita, ahora os hablaremos de todo lo que hay que ver en los alrededores de Cangas de Onís donde la montaña es la verdadera protagonista, aunque si tenemos tiempo también podemos visitar zonas de mar con puntos turísticos más que interesantes.
Todo el que haya planeado visitar esta zona del Oriente de Asturias ya habrá adivinado que una de las visitas obligadas son los Picos de Europa y es que estamos en la puerta de entrada uno de los parajes más increíbles y a su vez accesibles y espectaculares de todo el Parque Nacional.
Todos los puntos de interés que os mostramos a continuación se encuentran en el tiempo a menos de una hora por carretera desde Cangas de Onís.
La visita al Real Sitio de Covadonga o Santuario de Covadonga tiene dos partes bien diferenciadas, por una parte está la visita a la Basílica y por otra la visita a la Santa Cueva que es donde se encuentra la Virgen de Covadonga.
La distancia de Cangas de Onís a Covadonga es de tan sólo 9 kilómetros, o sea que esta parada es obligatoria para visitar uno de los centros religiosos y marianos más importantes de España.
Al llegar a Covadonga veremos la Basílica a la derecha y la Santa Cueva a la izquierda con la cueva de la virgen sobre una cascada de agua natural y una fuente llamada la Fuente de los Siete Caños que recibe el agua del río Deva. Dice la tradición que quien bebe de esa fuente se casa.
La basílica, de un característico color rosáceo, se elaboró con roca de la misma montaña de Covadonga. Tiene elementos del románico y del gótico. En la fachada principal destacan dos esbeltas agujas que rematan las torres y la presencia de óculos. A sus pies y con el Monte Auseva de fondo, la estatua de Don Pelayo.
El acceso a la Santa Cueva se realiza a través de una gruta por la que caminaremos unos 200 metros hasta llegar al lugar donde está la virgen. En ese corto trayecto y a mano izquierda encontramos un lugar de postal, se trata del del monumento de las Tres Cruces de Covadonga, desde el que tenemos una impresionante vista de la basílica. Junto a la Santina (nombre por el que se conoce en Asturias a la Virgen de Covadonga), descansan los restos de Don Pelayo, primer rey del reino de Asturias, en la lápida podemos leer (“Aquí yace el Rey Don Pelayo, electo el año 716, que en esta milagrosa cueva comenzó la restauración de España. Vencidos los moros, falleció el año 737 y le acompaña su mujer y su hermana”).
Para aparcar los vehículos, hay dos parkings según se llega a la basílica a mano izquierda. No son pequeños, pero según la hora y época del año pueden estar llenos, por lo que tendremos que aparcar en los márgenes de la carretera o en los parkings que hay más abajo.
Lo primero que tiene que saber el viajero es que el acceso a los lagos se realiza de forma gratuita sólo en algunas épocas del año. Por lo general, en Semana Santa, puentes importantes y durante todo el verano está activo el denominado Plan de Accesos a los Lagos de Covadonga y en el que sólo es posible subir a los lagos mediante transporte público.
Los Lagos de Covadonga es uno de los paisajes de alta montaña más impresionantes de España. En días en que el tiempo acompaña y no hay niebla, nos topamos al final de nuestro trayecto con el Lago Ercina junto a nosotros, frente a los colosales Picos de Europa.
La carretera de ascenso a Los Lagos es una carretera de montaña sinuosa de algo más de 13 kilómetros. Durante el trayecto nos podemos encontrar tranquilamente en la carretera ganado paciendo, con cuya leche se hace el famoso queso gamonéu. Las vistas según vamos subiendo son impresionantes. A más altitud vamos encontrando un paisaje más de alta montaña.
La primera parada obligada llega tras recorrer 7 kilómetros, es el denominado Mirador de la Reina, un balcón extraordinario del concejo de Cangas de Onís, la Sierra del Sueve, parte de las sierras de los Picos de Europa e incluso de la costa cantábrica.
El siguiente punto de parada es el Lago Enol. A unos 300 metros hay un gran parking donde podemos dejar el coche. Este lago es de origen glaciar y tiene una superficie de unas 13,7 hectáreas. Desde aquí sale un camino hasta el otro lago, el Lago Ercina, auténtico mirador de los Picos de Europa. Ahí finaliza la carretera. El parking que hay ahí es pequeño, de ahí que conviene dejar el coche en el otro lago y subir caminando. Están cerca uno del otro. En este lugar hay un bar – restaurante donde podemos degustar la gastronomía de la zona. El paisaje es totalmente bucólico con praderías con vacas pastando.
El concejo de Cabrales es uno de los lugares más bellos del Principales de Asturias. La distancia de Cabrales a Cangas de Onís es de 28 kilómetros por buena carretera y la verdad es que merece la pena, si bien, para verlo a gusto tendremos que emplear un día entero. Muchas son las recomendaciones que se pueden hacer sobre este lugar que hace de frontera entre el territorio asturiano y el leonés.
Al adentrarnos en el concejo ya encontramos que la geografía cambia radicalmente y nos encontraremos con montañas por todos lados entre ellas, la más conocida, los Picos de Europa. El primer lugar que merece una parada es Asiegu, al que accedemos por una carretera de unos 7 kilómetros desde la general. Aquí encontramos un típico pueblo rural asturiano, con un mirador desde el que se ve el famoso Picu Urriellu o Naranjo de Bulnes. Si hemos decidido no desviarnos hasta Asiegu, siguiendo ruta nos encontramos la capital, Carreña. Pasado Carreña, y sin salir de la general a unos 500 metros tenemos uno de los miradores más visitados, el Pozo de la Oración, con unas bellas vistas al ya mencionado Picu Urriellu. Seguimos ruta y llegamos a Arenas un lugar muy turístico lleno de lugares para comer y beber y donde podemos visitar la Cueva del Cabrales, visitable en horario de mañana y tarde, ahí descubriremos como se elabora este conocido manjar asturiano, el queso Cabrales.
Aquí en Arenas de Cabrales tomaremos la carretera AS-262 que nos lleva hasta los lugares más bellos del concejo, los pueblos de Bulnes y Sotres. Por esta misma carretera se llega a la Ruta del Cares, un maravilloso trayecto de 21 kilómetros que une las poblaciones de Poncebos en Asturias y Posada de Valdeón en León. No es una ruta circular, luego hemos de tener previsto el regreso, o bien por el mismo camino, o bien por carretera alquilando un vehículo, pero cuidado que el recorrido en coche es de más de 2 horas.
Bulnes es uno de los pueblos más bellos de España. A él se accede o bien caminando o bien por el famoso funicular. Si se hace a pie son unos 4 kilómetros en los que se tardan unas 2 horas, para bajar lógicamente, menos. La mejor forma es cogiendo el funicular, en 8 minutos estaremos en esta joya de la naturaleza.
Sotres, al que se accede por la misma carretera que a Bulnes es el pueblo más alto de los Picos de Europa. Un lugar muy turístico que merece un paseo por sus calles. Con unas vistas magníficas, en esta localidad puede hacerse una visita guiada a una quesería de queso Cabrales, se trata de la visita a Quesería Maín, unos jóvenes con miles de seguidores en redes sociales y que han hecho de este duro trabajo una forma de vida. Muy recomendable.
Apartamentos Rurales El mirador de San Juan, 33559 San Juan de Parres, Asturias
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